miércoles, 25 de abril de 2018
martes, 19 de abril de 2011
PANDA BEAR - TOMBOY
PANDA BEAR
TOMBOY
Paw Tracks, 2011
"Beach Boys meets eletronic"
Total, que no es de extrañar que el nuevo disco de Panda Bear sea desde el momento de su lanzamiento. Pero la pregunta es... ¿Está 'Tomboy' a la altura de las expectativas creadas? Bueno, sólo en parte. Veamos...
La clave de álbum , de lo que es 'Tomboy', de su sonido y de su concepto nos la dio el propio Noah Lennox en una de sus primeras entrevistas en las que anunciaba su nuevo álbum, ya hace casi un año:
“Los ritmos son realmente básicos, y en cierta manera son crudos y simples, y electrónicos. No hay instrumentación real. He estado tocando la guitarra, pero siempre pasada a través del mismo aparato por el que paso las secuencias. El sonido es muy electrónico, y muy pesado a nivel de voces. Un arreglo simple de batería, guitarra y voz. No suele haber más de dos o tres elementos en cada canción. Suena bastante crudo, para bien o para mal. El tono general es bastante más oscuro, y tiene un algo dramático o romántico, al menos para mí”
De verás, nunca un artista fue tan sincero y consciente de lo que tenía entre manos. La primera característica que destaca en 'Tomboy' es el alejamiento de los ritmos más cálidos de su predecesor y del sampleo barroco. Los primeros adelantos nos dan la clave, "You Can Count On Me" y "Tomboy", dos cortes muy electrónicos, ritmos pregrabados muy elementales, mucha guitarra procesada y la voz pesada de Noah como elemento principal. Más tarde, con la aparición de "Slow Motion", un extraño corte que bebe directamente del hip hop y el dub, o "Last Night at the Jetty", Noah reincidía en ese sonido "básico" y "crudo", falto de chispa inicial y sonido extremadamente introvertido.
No hay estribillos adictivos, no hay arreglos llamativos. Muchas canciones suenan casi a demos. ¿Qué está pasando? ¿De veras 'Tomboy' es esto? Pues parafraseando a Noah de nuevo, "para bien y para mal" sí, así es.
El alejamiento del nuevo trabajo de Noah de los excesos de su anterior trabajo alcanza su clímax en cortes tan minimalistas como "Scheherezade" y "Drone". La primera, un corte descaradamente ambient que parece robado de cualquiera de los "Music for...", de Eno; mientras que en la segunda, haciendo honor a su nombre, la voz "pesada" y cargante" de Lennox se extiende entre ligeras variaciones de sonido hasta desembocar en un drone final eterno (casi minuto y medio), poniendo a prueba al oyente más conformista. ¿Truco o trato?
Pero 'Tomboy' también tiene una cara más amable y vitalista. Probablemente Sonic Boom, contratado por Noah Lennox para las mezclas finales del álbum tenga mucho que ver con esta cara, ya que el sonido se aleja de la claridad cristalina de los primeros avances para adentrarse en terrenos colindantes a los de 'Person Pitch'. Aparecen entonces cortes como "Surfer's Hymn", tributo surfero a sus amados Beach Boys, y las que creo son las dos joyas del álbum, "Alsatian Darn" y "Afterburner", complejas, bellas hasta el extremo y rebosantes de samplers y ritmo.
'Tomboy' es un disco jodidamente difícil. En sus escuchas uno pasa por los cincos estadios del duelo: rechazo, ira, negociación, depresión y, finalmente, aceptación.
Rechazas los primeros singles y su sonido, incluso hasta el punto de pensar que no son versiones definitivas. Luego sientes ira al comparar lo mucho que te gustaba 'Person Pitch' y lo poca cosa que te parece 'Tomboy'. Negocias cuando te das cuenta que pese a todo al menos 4 0 5 cortes te van gustando pese al chasco inicial. Entras en depresión cuando no llegas a entender temas como "Drone", "Benfica" o "Friendship Bracelet". Pero al final, con el paso del tiempo y sin entender cómo es posible que cada mañana necesites escuchar de nuevo el disco para sentirte más tranquilo, aceptas el cambio de sonido planteado por Lennox.
Así que no te resistas 'Tomboy', pese a sus defectos es un disco mágico y especial. "Para bien o para mal".
LO MEJOR: Es un disco muy arriesgado y personal, o sea, la marca de la casa del colectivo animal.
LO PEOR: Al menos tres canciones entraron en el setlist por los pelos. "Benfica", "Surfer's Hymn" o "Friendship Bracelet" bajan mucho la nota final del álbum.
UNA CANCIÓN: "Afterburner"
lunes, 11 de abril de 2011
TV ON THE RADIO - NINE TYPES OF LIGHT
TV ON THE RADIO
NINE TYPES OF LIGHT
Interscope, 2011
Rock + Pop + Funk.
'Dear Science' marcó un punto de inflexión en la carrera de TV on The Radio. Allí la banda americana apostaba por canciones más directas y comerciales, ala mismo tiempo queel funk ocupaba un papel fundamental en las composiciones en detrimento de la electrónica y la experimentación sonora y vocal que marcaban el camino de las anteriores obras, aquellos magníficos 'Desperate Youth, Blood Thirsty Babes' (2004) y 'Return to Cookie Mountain' (2006). La apuesta salió bien, básicamente gracias a una prodigiosa producción por parte de David Sitek y ante todo porque el disco tenía canciones, muy buenas canciones, porque al final todo se reduce a eso.
Tras 'Dear Science' se inicio un periodo de transición que algunos componentes aprovecharon para dedicar a proyectos paralelos y colaboraciones, con resultados tan dispares como faltos de interés. Kyp Malone editó su mediocre debut en solitario bajo el nombre de Rain Machine, mientras Tunde Adebimpe, ponía voz al tema "Pray for Rain" en el no menos decepcionante 'Heligoland' de Massive Attack. Sólo, David Sitek se salvaba de la quema con su proyecto Maximum Balloon que, si bien no es para tirar cohetes, al menos resultaba disfrutable y entretenido. De hecho Maximum Balloon y el señor Sitek tienen mucho que ver en el resultado de 'Nine Types of Light', cuarto álbum de estudio de la banda y, desgraciadamente el peor que han editado hasta el momento, pese a no ser un mal disco, todo hay que decirlo.
'Nine Types of Light' tiene demasiados errores de concepto. El primero es parecerse demasiado a un disco innecesario e intrascendente como 'Maximum Balloon', reincidiendo en el pop y en el sonido más comercial y menos pretencioso de la banda, que si bien como dije en 'Dear Science' funcionó bien, aquí y ahora, en el año 2011, suena repetitivo y falto de ideas. Además pese a que el álbum tiene buenos temas ("Future Shock", "Will Do", "Caffeinated Consciousness" o "Killer Crane" entre ellos) al disco le faltan cotas, gemas, CANCIONES en mayúscula que resaltar. La producción es saneada, pero falta profundidad en el sonido de la banda y se han perdido las capas de ruido que tan grandes hicieron sus dos primeros discos. Ahora las canciones son muy saneadillas, bellas, bien grabadas, pero muy muy planas, con arreglos sencillos pero que no sorprenden a nadie a estas alturas.
Afortunadamente, como digo el disco desprende buen hacer y belleza y es completamente disfrutable. De hecho, funcionaría genial como álbum de debut para cualquier banda, pero tratándose de TV on The Radio, esperaba mucho más. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de una de las grandes bandas del momento. Cuando se sacan discos a veces hay que tener en cuenta quién eres y el legado que has dejado hasta ese momento. Las comparaciones son odiosas, especialmente cuando se nos compara con nosotros mismos. No comparen 'Nine Types of Light' con las otras obras de TVOTR. Yo lo hice y me siento algo decepcionado.
LO MEJOR: El disco es 100% disfrutable, está bien hecho, bien producido y es bonito.
LO PEOR: La falta de pretensiones de la banda. Para mi que han grabado el disco en 4 tardes.
UNA CANCIÓN: "Killer Crane"
P.J. HARVEY - LET ENGLAND SHAKE
P.J. HARVEY
LET ENGLAND SHAKE
Island, 2011.
"Rock after the war"
Demoledor. Así podríamos definir el nuevo trabajo de Polly Jean Harvey. 'Let England Shake' es un trabajo que ahonda en las miserias de la guerra y la implicación de su "beautiful England" en ellas. Y es que las iras, protestas y gritos desesperados de P.J. se centran en diversos conflictos bélicos que han ido manchando la historia de la entente Angloamericana a lo largo de los años. Así, encontramos referencias que van desde la 1ª y 2ª Guerra Mundial hasta llegar a los conflictos actuales por el crudo en oriente medio. Curiosamente, pese a la temática sesuda de que tiñen las letras de este disco, de las que hablaremos a continuación, este nuevo trabajo en lo musical es abiertamente más acogedor y asequible que, por ejemplo, su anterior disco 'White Chalk' (2007), donde el barroquismo y la oscuridad inundaba casi la totalidad del minutaje. De hecho, 'Let England Shake' es, hasta comercial (sobre todo si no se tiene mucho idea de inglés) y canciones como "The Glorious Land", "The Words that Maketh Murders" o "Written on The Forehead" son bastante radiables y con gancho. La culpa de todo esto la tiene unos arreglos instrumentales bellos, cuidados, ensoñadores, perfectos para evocar las desgarradores imágenes que nos describen los versos de P.J.
Polly, para dotar de música a este álbum, ha contado de nuevo con la colaboración de su media naranja John Parish, además de Mick Harvey y Flood en la producción. Así, por momentos 'Let England Shake' nos enseña la cara rock más amable de P.J., sin abandonar tampoco los retazos de folk pastoral y mágico en los que la compositora se maneja a la perfección. Pero si algo llama la atención en este disco es la constante incursión del Autoarp en muchos de los arreglos de los tracks, y que no es más (ni menos) que una mezcla entre harpa y piano, de extraño y enigmático sonido, que la excéntrica compositora no abandona ni para dormir desde que comenzara el proyecto de escribir este nuevo disco. Sin duda, un gran hallazgo sonoro.
Pero si bien 'Let England Shake' es un disco de notable alto en lo musical, si hablados de sus letras, la cosa adquiere tintes sobresalientes. Cierto que estamos ante el álbum político de P.J., pero no hay que temer por ello a encontrarse un cancionero propio de los discos de jarcha ni nada por el estilo. Polly tira de lirismo y poética para escribir 12 fogonazos de dolor contenido, creando pequeñas postales sentimentales donde se nos recuerda que los conflictos no van de vencedores ni vencidos, sino de vidas cercenadas por los proyectiles ("The Colour of The Earth"), vidas frustradas que nunca verán la luz de este mundo o de bellos rincones de la campiña inglesa donde la sangre resuena por los poros de la tierra ("On Battleship Hill").
En verdad hacía muchísimo tiempo que un disco no me tocaba tanto y me estremecía tanto como algunos de los versos que escribe P.J. Harvey en su nuevo disco. Y más sorprendente aún me resulta que los dos temas más comerciales del álbum contengan dos de las letras más duras, antibelicistas que haya leído en mucho tiempo, como el comienzo devastador de "The Words That Maketh Murder", (I’ve seen and done things I want to forget, I’ve seen soldiers fall like lumps of meat, Blown and shot out beyond belief, Arms and legs were in the trees") hasta su estribillo final con esa amenaza sorprendente y descarada recitando repetidas veces ese "What if I take my problem to the United Nations?". Caso aparte tiene "The Glorious Land", probablemente la mejor canción que haya firmado P.J. en su carrera y que es todo un puñetazo en la barriga a la memoria histórica inglesa ("What is the Glorious fruit of our land?, Its fruit is deformed children. What is the glorious fruit of our land? Its fruit is orphaned children"). ¡Uff, que duro!
No, no se equivoquen, 'Let England Shake' no es el disco "maduro" de la discografía de la compositora inglesa. Ni su álbum político. Ni su álbum comprometido... ni nada por el estilo.
Simplemente es el mejor que ha sacado nunca, y eso son palabras mayores. ¡Ah, sí!, se me olvidaba: disco del año por el momento y sin pinta de que vaya a ser desbancado.
LO MEJOR: Las letras, pese a la brillantez de la música.
LO PEOR: No ser angloparlante y no preocuparse en saber qué estamos escuchando.
UNA CANCIÓN: "The Glorious Land".
miércoles, 6 de abril de 2011
BILL CALLAHAN - APOCALYPSE (2011)
BILL CALLAHAN
APOCALYPSE
Drag City, 2011.
Rock Polvoriento.
Bill Callahan vuelve a la palestra dos años después del aclamado 'Sometimes I Wish We Were an Eagle' con su tercer disco de estudio desde que abandonara su alter ego (Smog) para firmar bajo sus nombre los discos. 'Apocalypse' es un viaje a través del Far West americano, en una obra no precisamente oscura, pese a su título (esa etiqueta se la merece más su impresionante 'Rain on Lens' de 2001). Más bien, nos encontramos a un Callahan en lucha entre su lado más calmado y sosegado, gracias a las preciosísimas "Riding for The Feeling", "One Fine Morning" (emocionante hasta decir basta) y "Baby's Breath" (ojito a su clímax final), frente y uno más rockero, donde profundiza en la cultura musical americana, con cierta ironía, con joyazas tales como "Drover" o "America!", donde Callahan da rienda suelta a su lado más guitarhero. Todo ellos, aderezado con arreglos sutiles, sencillos, alejados de la orquestación de su anterior álbum. De hecho, Apocalypse comparte bastantes similitudes en lo musical con 'A River Ain't Too Much to Love' (2005), el que para servidor es la cota compositiva del americano, en cuanto al tono calmado de alguna de sus composiciones. Así muchas canciones aparecen adornadas con modestos arreglos de piano, violín o flauta, creando un ambiente cálido, sosegado y rico en matices, que alcanza su cenit en los temas que abren y cierran el disco.
Lo dicho: gran disco. Se me cansa la lengua ya de decir que Callahan es uno de los mejores compositores-cantautores americanos de los últimos 20 años. Además, este hombre no canta, acaricia cada sílaba y la convierte en flechas emocionales. Bueno, si creéis que no tengo razón en lo que he dicho, tendréis que esperar a rebatírmelo con otro disco porque con éste... vais listos.
LO MEJOR: El ritmo que lleva Bill Callahan de editar grandes discos y que no cesa desde 1995 cuando publicó aquel "Wild Love".
LO PEOR: Que no es mejor que su anterior disco.
UNA CANCIÓN: "Drover"
Bill Callahan - Babys Breath by ilostmyself
sábado, 19 de febrero de 2011
RADIOHEAD - THE KING OF LIMBS
RADIOHEAD
THE KING OF LIMBS
XL, 2011.
"Radio...fórmula"
¿El disco? 'The king of Limbs'. ¿Formatos? Por descarga directa previo pago o en versión newspaper, la primera de la historia, de lujo, con Cd y doble vinilo. ¿Newspaper? ¿Eso qué es? mejor no preguntes y cómpratelo, que sea lo que sea es la primera vez que sale esto y seguro que será objeto de coleccionista. ¿El tracklist? Aaaah, ¡Sorpresa! nadie la sabe, pero parece que será una evolución lógica del sonido de la banda. Mierrrrda, nunca fui muy bueno estudiando lógica, así que a saber lo que habrán querido decir con ello.
Total, que cuando contabas ya las horas, minutos y segundos, aparece una notita de Ed O'brien en la web de la banda apiadándose de los fans y adelantando unas horas el lanzamiento del álbum. ¡A descargar se ha dicho! Y para rematar cuelgan el vídeo de su primer adelanto "Lotus Flower", en blanco y negro, con un Thom Yorke con media melena y bombín hasta arriba de pastillas y con un bailoteo epiléptico que mataría (otra vez) de envidia a Ian Curtis.
El caso, una semanita intensa donde se ha levantado mucho ruido, pero que a la vista del resultado final, encontramos poquitas nueces. Y es que 'The King of Limbs' sintetiza toda su capacidad para sorprender en lo que os acabo de contar en los párrafos anteriores. Tras escuchar detenidamente el álbum uno no puede sino pensar que estamos ante más de lo mismo, un producto continuista, con ligeros pero intrascendentes cambios, pero definitivamente menos avispado y acertado que discos anteriores de la banda.
Comienza "Bloom", a mi entender la única canción que, pese a ser heredera del sonido 'Kid A', muestra mayores aportaciones sonoras, gracias a un crescendo final muy bueno, donde los bellos arreglos de cuerda y trompeta se tiñen de psicodelia y jazz, creando una amalgama sonora de gran belleza. No sé qué tiene "Morning Mr. Magpie" me recuerda irremediablemente al 'Sgt. Pepper' de The Beatles, quizás sean sus toquecitos arabescos. El corte posee una excelente producción, pero carece de gancho y termina dando la sensación de ser una canción que pudo ser algo grande, pero se quedó en el camino. Este defecto es igualmente perceptible en "Little by Little": interesante comienzo, buen ritmo, gran ambientación, luego repetición sin argumentos y poco más. Pero la palma se la lleva "Feral", enésimo ejercicio de electrónica abstracta de la banda, innecesaria, reiterativa y mediocre; parece sacada de los desperdicios de 'Amnesiac'. ¿Acaso no aprendieron anda de los errores de 'Hail to the Thief'?
El momento más luminoso y asequible de 'The King of Limbs' viene con "Lotus Flower", no sólo por ser el único tema con un estribillo evidente sino por ser de los pocos cortes que saben ir al grano y no difuminarse tras el primer minuto de escucha. Sin embargo, "Codex" nos devuelve a la realidad con una aburridísima balada marca de la casa sostenida sobre el piano de Thom Yorke. Obligado momentazo de aflicción que continúa con "Give up the Ghost", ahora a guitarra acústica, que escapa de la quema gracias a un bellísimo final y la sencillez que desprende. Gran canción. El disco se cierra con "Separator", una canción de tono épico, enmarcada en una batería en loop, que no me termina de convencer pese a sus intentos por dar un final emotivo y trancendental al disco.
En definitiva, 'The king of Limbs' es el disco más flojo firmado por Radiohead desde que debutaran hace casi 20 años con 'Pablo Honey'. La reiteración de un sonido ya bastante agotado y, lo que es más preocupante, la falta de canciones de peso convierten este disco en una decepción. No soy de los que piensan que una banda está obligada a reinventarse a cada disco, eso es imposible, pero sí soy de los que creen que una banda tan grande está obligada a dar más de lo que ofrecen aquí en estas 8 canciones de escasos 38 minutos.
Sin embargo, tampoco hay que ser tremendistas: 'The king of Limbs' no es en ningún caso un mal disco. las sucesivas escuchas nos ayudan a sacarle mucho jugo a este álbum, extrañamente adictivo y enigmático. Además, pese a sus defectos y carencias, muchas de sus canciones, contienen momentos alto nivel (los minutos finales "Morning Mr. Magpie" o "Give up the Ghost" son realmente buenos, por ejemplo). Simplemente, hablamos de Radiohead, así que esperamos mucho más de ellos.
Por cierto, "Separator" culmina con una frase que podría esconder mucho sobre el futuro inmediato de la banda: “if you think this is over then you’re wrong”. Teniendo en cuenta lo poco generoso que ha sido el tracklist del disco y la cuantiosa cantidad de canciones, rodadas en los conciertos, y que se han quedado fuera, no descarten otro álbum en breve. Ya lo hicieron con 'Amnesiac' y con el 2º Cd de 'In Rainbows'. Aún así, me da que los días que gloria de esta banda están acabándose. Ojalá me equivoque y estemos simplemente ante un disco de transición.
LO MEJOR: Que es un disco extraño, oscuro, minimalista y adictivo.
LO PEOR: El estancamiento de la banda en su sonido Post- Kid A y la falta de canciones "de peso".
UNA CANCIÓN: "Bloom"
OTROS DISCOS DE RADIOHEAD...
PABLO HONEY
Parlophone, 1993.
THE BENDS
Parlophone, 1995
OK, COMPUTER
Parlophone, 1997.
KID A
Parlophone, 2000.
AMNESIAC
Parlophone, 2001.
HAIL TO THE THIEF
Parlophone, 2003.
THOM YORKE
THE ERASER
XL, 2006
IN RAINBOWS
XL, 2007
miércoles, 16 de febrero de 2011
JAMES BLAKE - JAMES BLAKE
JAMES BLAKE
JAMES BLAKE
R&S
Pop-Dubstep
2010 fue un año bastante rico en el mundo de la electrónica, especialmente en el terreno del dubstep, que vive un ambiente de tensión y cambio, mientras se espera que Burial, dios y señor de este estilo, ponga las cosas en su sitio. Mientras tanto, grupos como Mount Kimbie, Darkstar o How to Dress Well, han contribuido con propuestas arriesgadas, imaginativas y de calidad a abrir horizontes dentro de un estilo, por otro lado, muy enclaustrado en sí mismo. Y para todos los híbridos que han ido saliendo al mercado los críticos han encontrado una etiqueta la mar de original, Post-Dubstep (ejem), y se han quedado tan anchos.
Pues bien, James Blake, un londinense de 22 años, es el compositor que más expectativas ha creado en este aspecto, en parte gracias a los tres EPs, The Bells Sketch, CMYK, Klavierwerke, publicados durante el año pasado, a cada cual más estimulante e imaginativo.
Estaba claro que su álbum de debut iba a ser uno de esos trending albums de 2011 y la verdad es que tras las escuchas, no decepciona en absoluto y se confirma como una de las figuras con más futuro del la música actual.
El debut de James Blake es como un perfume caro: intenso y servido en una pequeña dosis, que en sus escasos 40 minutos de metraje (no llega) nos ofrece un poco de todo. Lo más evidente y reseñable es que su sonido se ha escapado por la tangente y ahora es mucho más cercado al pop-soul futurista que al dubstep, donde su perfecta voz y las notas de piano se superponen a la electrónica, que juega un papel casi secundario, aunque nada trivial.
James Blake domina su discurso con maestría. Es capaz de jugar con la sutileza del silencio (“The Wilhem Scream”) con la misma facilidad que puede laberintizar sus canciones entre arreglos electrónicos sin que por ello el oyente se sienta provocado (“Unluck”). Su debut es un disco que rebosa sensualidad, genio y espiritualidad por los cuatro costados (“Lindisfarne” colaría en For Emma, Forever Ago, de Bon Iver, sin problemas), pero adolece también de autosuficiencia y pese a que contiene alguno de los mejores minutos que vamos a escuchar en este 2011 (la versión del “Limit To Your Love”, de Feist, sin duda uno de ellos), el disco se va diluyendo irremisiblemente tras superar el ecuador. Da igual, no pasa nada, como dije este perfume destila talento puro y desde luego se van a hartar de ver esta portada a finales de año en las listas. No es para menos.
LO MEJOR: El futuro que tiene este chaval. Podría ser muy grande porque talento le sobra.
LO PEOR: Que su debut tiene mimbres de obra maestra pero se queda en un debut notable.
UNA CANCIÓN: “Limits to Your Love”