martes, 19 de abril de 2011

PANDA BEAR - TOMBOY


PANDA BEAR

TOMBOY

Paw Tracks, 2011



"Beach Boys meets eletronic"


Dejemos las cosas claras antes de nada: Noah Lennox (aka Panda Bear) es uno de los cuatro miembros fundadores de Animal Collective, una de las bandas más importantes de esta década. Panda Bear es su proyecto en solitario, con el que debutó con una marcianada llamada 'Young Prayer' (2004), pero que rompió todas las expectativas con su siguiente álbum 'Person Pitch' (2007), considerado uno de los álbumes más influyentes de los últimos años. Tan buena era aquella centrifugadora psicodélica que había creado Noah que sirvió de chispa incendiaria para que el siguiente álbum del colectivo se convirtiese en la obra más redonda de Animal Collective y su 'Merriweather Post Pavilion' (2009) en la obra magna del grupo (y eso que el anterior álbum 'Strawberry Jam' (2007) era una bomba).

Total, que no es de extrañar que el nuevo disco de Panda Bear sea desde el momento de su lanzamiento. Pero la pregunta es... ¿Está 'Tomboy' a la altura de las expectativas creadas? Bueno, sólo en parte. Veamos...

La clave de álbum , de lo que es 'Tomboy', de su sonido y de su concepto nos la dio el propio Noah Lennox en una de sus primeras entrevistas en las que anunciaba su nuevo álbum, ya hace casi un año:

“Los ritmos son realmente básicos, y en cierta manera son crudos y simples, y electrónicos. No hay instrumentación real. He estado tocando la guitarra, pero siempre pasada a través del mismo aparato por el que paso las secuencias. El sonido es muy electrónico, y muy pesado a nivel de voces. Un arreglo simple de batería, guitarra y voz. No suele haber más de dos o tres elementos en cada canción. Suena bastante crudo, para bien o para mal. El tono general es bastante más oscuro, y tiene un algo dramático o romántico, al menos para mí”

De verás, nunca un artista fue tan sincero y consciente de lo que tenía entre manos. La primera característica que destaca en 'Tomboy' es el alejamiento de los ritmos más cálidos de su predecesor y del sampleo barroco. Los primeros adelantos nos dan la clave, "You Can Count On Me" y "Tomboy", dos cortes muy electrónicos, ritmos pregrabados muy elementales, mucha guitarra procesada y la voz pesada de Noah como elemento principal. Más tarde, con la aparición de "Slow Motion", un extraño corte que bebe directamente del hip hop y el dub, o "Last Night at the Jetty", Noah reincidía en ese sonido "básico" y "crudo", falto de chispa inicial y sonido extremadamente introvertido.
No hay estribillos adictivos, no hay arreglos llamativos. Muchas canciones suenan casi a demos. ¿Qué está pasando? ¿De veras 'Tomboy' es esto? Pues parafraseando a Noah de nuevo, "para bien y para mal" sí, así es.

El alejamiento del nuevo trabajo de Noah de los excesos de su anterior trabajo alcanza su clímax en cortes tan minimalistas como "Scheherezade" y "Drone". La primera, un corte descaradamente ambient que parece robado de cualquiera de los "Music for...", de Eno; mientras que en la segunda, haciendo honor a su nombre, la voz "pesada" y cargante" de Lennox se extiende entre ligeras variaciones de sonido hasta desembocar en un drone final eterno (casi minuto y medio), poniendo a prueba al oyente más conformista. ¿Truco o trato?

Pero 'Tomboy' también tiene una cara más amable y vitalista. Probablemente Sonic Boom, contratado por Noah Lennox para las mezclas finales del álbum tenga mucho que ver con esta cara, ya que el sonido se aleja de la claridad cristalina de los primeros avances para adentrarse en terrenos colindantes a los de 'Person Pitch'. Aparecen entonces cortes como "Surfer's Hymn", tributo surfero a sus amados Beach Boys, y las que creo son las dos joyas del álbum, "Alsatian Darn" y "Afterburner", complejas, bellas hasta el extremo y rebosantes de samplers y ritmo.

'Tomboy' es un disco jodidamente difícil. En sus escuchas uno pasa por los cincos estadios del duelo: rechazo, ira, negociación, depresión y, finalmente, aceptación.

Rechazas los primeros singles y su sonido, incluso hasta el punto de pensar que no son versiones definitivas. Luego sientes ira al comparar lo mucho que te gustaba 'Person Pitch' y lo poca cosa que te parece 'Tomboy'. Negocias cuando te das cuenta que pese a todo al menos 4 0 5 cortes te van gustando pese al chasco inicial. Entras en depresión cuando no llegas a entender temas como "Drone", "Benfica" o "Friendship Bracelet". Pero al final, con el paso del tiempo y sin entender cómo es posible que cada mañana necesites escuchar de nuevo el disco para sentirte más tranquilo, aceptas el cambio de sonido planteado por Lennox.

Así que no te resistas 'Tomboy', pese a sus defectos es un disco mágico y especial. "Para bien o para mal".

LO MEJOR: Es un disco muy arriesgado y personal, o sea, la marca de la casa del colectivo animal.

LO PEOR: Al menos tres canciones entraron en el setlist por los pelos. "Benfica", "Surfer's Hymn" o "Friendship Bracelet" bajan mucho la nota final del álbum.

UNA CANCIÓN: "Afterburner"


lunes, 11 de abril de 2011

TV ON THE RADIO - NINE TYPES OF LIGHT


TV ON THE RADIO

NINE TYPES OF LIGHT

Interscope, 2011



Rock + Pop + Funk.

'Dear Science' marcó un punto de inflexión en la carrera de TV on The Radio. Allí la banda americana apostaba por canciones más directas y comerciales, ala mismo tiempo queel funk ocupaba un papel fundamental en las composiciones en detrimento de la electrónica y la experimentación sonora y vocal que marcaban el camino de las anteriores obras, aquellos magníficos 'Desperate Youth, Blood Thirsty Babes' (2004) y 'Return to Cookie Mountain' (2006). La apuesta salió bien, básicamente gracias a una prodigiosa producción por parte de David Sitek y ante todo porque el disco tenía canciones, muy buenas canciones, porque al final todo se reduce a eso.

Tras 'Dear Science' se inicio un periodo de transición que algunos componentes aprovecharon para dedicar a proyectos paralelos y colaboraciones, con resultados tan dispares como faltos de interés. Kyp Malone editó su mediocre debut en solitario bajo el nombre de Rain Machine, mientras Tunde Adebimpe, ponía voz al tema "Pray for Rain" en el no menos decepcionante 'Heligoland' de Massive Attack. Sólo, David Sitek se salvaba de la quema con su proyecto Maximum Balloon que, si bien no es para tirar cohetes, al menos resultaba disfrutable y entretenido. De hecho Maximum Balloon y el señor Sitek tienen mucho que ver en el resultado de 'Nine Types of Light', cuarto álbum de estudio de la banda y, desgraciadamente el peor que han editado hasta el momento, pese a no ser un mal disco, todo hay que decirlo.

'Nine Types of Light' tiene demasiados errores de concepto. El primero es parecerse demasiado a un disco innecesario e intrascendente como 'Maximum Balloon', reincidiendo en el pop y en el sonido más comercial y menos pretencioso de la banda, que si bien como dije en 'Dear Science' funcionó bien, aquí y ahora, en el año 2011, suena repetitivo y falto de ideas. Además pese a que el álbum tiene buenos temas ("Future Shock", "Will Do", "Caffeinated Consciousness" o "Killer Crane" entre ellos) al disco le faltan cotas, gemas, CANCIONES en mayúscula que resaltar. La producción es saneada, pero falta profundidad en el sonido de la banda y se han perdido las capas de ruido que tan grandes hicieron sus dos primeros discos. Ahora las canciones son muy saneadillas, bellas, bien grabadas, pero muy muy planas, con arreglos sencillos pero que no sorprenden a nadie a estas alturas.

Afortunadamente, como digo el disco desprende buen hacer y belleza y es completamente disfrutable. De hecho, funcionaría genial como álbum de debut para cualquier banda, pero tratándose de TV on The Radio, esperaba mucho más. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de una de las grandes bandas del momento. Cuando se sacan discos a veces hay que tener en cuenta quién eres y el legado que has dejado hasta ese momento. Las comparaciones son odiosas, especialmente cuando se nos compara con nosotros mismos. No comparen 'Nine Types of Light' con las otras obras de TVOTR. Yo lo hice y me siento algo decepcionado.

LO MEJOR: El disco es 100% disfrutable, está bien hecho, bien producido y es bonito.

LO PEOR: La falta de pretensiones de la banda. Para mi que han grabado el disco en 4 tardes.

UNA CANCIÓN: "Killer Crane"


P.J. HARVEY - LET ENGLAND SHAKE


P.J. HARVEY

LET ENGLAND SHAKE

Island, 2011.



"Rock after the war"


Demoledor. Así podríamos definir el nuevo trabajo de Polly Jean Harvey. 'Let England Shake' es un trabajo que ahonda en las miserias de la guerra y la implicación de su "beautiful England" en ellas. Y es que las iras, protestas y gritos desesperados de P.J. se centran en diversos conflictos bélicos que han ido manchando la historia de la entente Angloamericana a lo largo de los años. Así, encontramos referencias que van desde la 1ª y 2ª Guerra Mundial hasta llegar a los conflictos actuales por el crudo en oriente medio. Curiosamente, pese a la temática sesuda de que tiñen las letras de este disco, de las que hablaremos a continuación, este nuevo trabajo en lo musical es abiertamente más acogedor y asequible que, por ejemplo, su anterior disco 'White Chalk' (2007), donde el barroquismo y la oscuridad inundaba casi la totalidad del minutaje. De hecho, 'Let England Shake' es, hasta comercial (sobre todo si no se tiene mucho idea de inglés) y canciones como "The Glorious Land", "The Words that Maketh Murders" o "Written on The Forehead" son bastante radiables y con gancho. La culpa de todo esto la tiene unos arreglos instrumentales bellos, cuidados, ensoñadores, perfectos para evocar las desgarradores imágenes que nos describen los versos de P.J.

Polly, para dotar de música a este álbum, ha contado de nuevo con la colaboración de su media naranja John Parish, además de Mick Harvey y Flood en la producción. Así, por momentos 'Let England Shake' nos enseña la cara rock más amable de P.J., sin abandonar tampoco los retazos de folk pastoral y mágico en los que la compositora se maneja a la perfección. Pero si algo llama la atención en este disco es la constante incursión del Autoarp en muchos de los arreglos de los tracks, y que no es más (ni menos) que una mezcla entre harpa y piano, de extraño y enigmático sonido, que la excéntrica compositora no abandona ni para dormir desde que comenzara el proyecto de escribir este nuevo disco. Sin duda, un gran hallazgo sonoro.

Pero si bien 'Let England Shake' es un disco de notable alto en lo musical, si hablados de sus letras, la cosa adquiere tintes sobresalientes. Cierto que estamos ante el álbum político de P.J., pero no hay que temer por ello a encontrarse un cancionero propio de los discos de jarcha ni nada por el estilo. Polly tira de lirismo y poética para escribir 12 fogonazos de dolor contenido, creando pequeñas postales sentimentales donde se nos recuerda que los conflictos no van de vencedores ni vencidos, sino de vidas cercenadas por los proyectiles ("The Colour of The Earth"), vidas frustradas que nunca verán la luz de este mundo o de bellos rincones de la campiña inglesa donde la sangre resuena por los poros de la tierra ("On Battleship Hill").

En verdad hacía muchísimo tiempo que un disco no me tocaba tanto y me estremecía tanto como algunos de los versos que escribe P.J. Harvey en su nuevo disco. Y más sorprendente aún me resulta que los dos temas más comerciales del álbum contengan dos de las letras más duras, antibelicistas que haya leído en mucho tiempo, como el comienzo devastador de "The Words That Maketh Murder", (I’ve seen and done things I want to forget, I’ve seen soldiers fall like lumps of meat, Blown and shot out beyond belief, Arms and legs were in the trees") hasta su estribillo final con esa amenaza sorprendente y descarada recitando repetidas veces ese "What if I take my problem to the United Nations?". Caso aparte tiene "The Glorious Land", probablemente la mejor canción que haya firmado P.J. en su carrera y que es todo un puñetazo en la barriga a la memoria histórica inglesa ("What is the Glorious fruit of our land?, Its fruit is deformed children. What is the glorious fruit of our land? Its fruit is orphaned children"). ¡Uff, que duro!

No, no se equivoquen, 'Let England Shake' no es el disco "maduro" de la discografía de la compositora inglesa. Ni su álbum político. Ni su álbum comprometido... ni nada por el estilo.
Simplemente es el mejor que ha sacado nunca, y eso son palabras mayores. ¡Ah, sí!, se me olvidaba: disco del año por el momento y sin pinta de que vaya a ser desbancado.

LO MEJOR: Las letras, pese a la brillantez de la música.

LO PEOR: No ser angloparlante y no preocuparse en saber qué estamos escuchando.

UNA CANCIÓN: "The Glorious Land".





miércoles, 6 de abril de 2011

BILL CALLAHAN - APOCALYPSE (2011)


BILL CALLAHAN

APOCALYPSE

Drag City, 2011.



Rock Polvoriento.


Desde luego, ¡qué grande es este señor! Mr. Callahan pertenece a ese selecto grupo de compositores que, tras años y años en este mundillo degradado de la música, siguen publicando discos no ya dignos, sino imprescindibles, dejando el listón tan alto que prácticamente el 80% de los grupos actuales deberían sentirse avergonzados con sus propias obras. Sí, hablar de gente como Bill Callahan, P.J. Harvey, Nick Cave, Björk, Peter Gabriel, David Bowie... me hincha de orgullo y satisfacción (como al rey). Bueno, sí, vale. Limpio el charco de babas que hay a mi alrededor y prosigo con la reseña.

Bill Callahan vuelve a la palestra dos años después del aclamado 'Sometimes I Wish We Were an Eagle' con su tercer disco de estudio desde que abandonara su alter ego (Smog) para firmar bajo sus nombre los discos. 'Apocalypse' es un viaje a través del Far West americano, en una obra no precisamente oscura, pese a su título (esa etiqueta se la merece más su impresionante 'Rain on Lens' de 2001). Más bien, nos encontramos a un Callahan en lucha entre su lado más calmado y sosegado, gracias a las preciosísimas "Riding for The Feeling", "One Fine Morning" (emocionante hasta decir basta) y "Baby's Breath" (ojito a su clímax final), frente y uno más rockero, donde profundiza en la cultura musical americana, con cierta ironía, con joyazas tales como "Drover" o "America!", donde Callahan da rienda suelta a su lado más guitarhero. Todo ellos, aderezado con arreglos sutiles, sencillos, alejados de la orquestación de su anterior álbum. De hecho, Apocalypse comparte bastantes similitudes en lo musical con 'A River Ain't Too Much to Love' (2005), el que para servidor es la cota compositiva del americano, en cuanto al tono calmado de alguna de sus composiciones. Así muchas canciones aparecen adornadas con modestos arreglos de piano, violín o flauta, creando un ambiente cálido, sosegado y rico en matices, que alcanza su cenit en los temas que abren y cierran el disco.

Lo dicho: gran disco. Se me cansa la lengua ya de decir que Callahan es uno de los mejores compositores-cantautores americanos de los últimos 20 años. Además, este hombre no canta, acaricia cada sílaba y la convierte en flechas emocionales. Bueno, si creéis que no tengo razón en lo que he dicho, tendréis que esperar a rebatírmelo con otro disco porque con éste... vais listos.

LO MEJOR: El ritmo que lleva Bill Callahan de editar grandes discos y que no cesa desde 1995 cuando publicó aquel "Wild Love".

LO PEOR: Que no es mejor que su anterior disco.

UNA CANCIÓN: "Drover"


Bill Callahan - Babys Breath by ilostmyself