jueves, 29 de marzo de 2007

GRINDERMAN "GRINDERMAN" (MUTE)



Existen dos Nick Cave: uno bueno y uno malo.
Al malo todos lo conocemos: es ese Nick Cave mal hablado, huraño, que disfruta gritando y sufriendo en el escenario mientras interpreta el rock abarrullado de From Her to Eternity (Mute, 1984), Let Love In (Mute, 1994) o gran parte del legado de The Birthday Party.
El otro Nick sufrió una noche una revelación, tras la resaca nocturna, y debió sufrir una de esas experiencias místicas en la onda de Santa Teresa o San Agustín de Hipona. Este lado bueno es el responsable de discos como The Good Son (Mute, 1990), The Boatman's Call (Mute, 1997) , No More Shall We Part (Mute, 2001) o el excelso Abattoir Blues / The Lyre of Orpheus (Mute, 2004). El Nick malo disfruta martilleando la guitarra, lanzando improperios y pervirtiendo el blues con ruido ensordecedor. El Nick bueno se sienta ante un instrumento más celestial, el piano, predica la redención, canta oraciones arropadas de gospel añejo y se toma la creación musical como un trabajo sagrado al que hay de honrar cada día. Lo más curioso es que ambas personalidades permutan constantemente y nunca sabes si en el próximo disco…o en la próxima canción… o en el próximo verso, te encontrarás a uno u otro.
Grinderman (Triturador, en inglés) en el nuevo proyecto del australiano. El proyecto nació de la gira de Nocturama, donde compartió escenario con Martín P. Casey (bajista), Warren Ellis (violín y teclados) y Jim Sclavunos (batería), con los que se sintió tan cómodo que decidió aplazar para un futuro cercano la posibilidad de tocar juntos de nuevo. 4 años después, “tocar” derivó en “grabar” y el resultado es el álbum debut que ahora analizamos.
Lo cierto es que en Grinderman las apariencias engañan. ¿La primera impresión? Si echamos un vistazo general, empezando por la estrambótica portada (ese mono va provocando), siguiendo por el nuevo look de Cave y sus secuaces (bigotes a lo Wyatt Herp, trajes negros y botas sucias…, vamos, recién salidos del casting de Grupo Salvaje) y luego nos adentramos en las primeras cuatro canciones del álbum… una idea clara nos viene a la cabeza: impera el lado Mr.Hide, el oscuro, el Cave malo. “Get It on”, “No Pussy Blues” o “Electric Alice” avivan la fiereza del genio australiano, que nunca estuvo aletargada del todo, pues obras anteriores ya insuflaron fuertes dosis de blues pantanoso, de rock árido y polvoriento (“Babe I'm on Fire”, “Get Ready for Love” o “The Lyre of Orpheus” por ejemplo).
Pero no se engañen, Grinderman es una creación compleja que va más allá de un simple vuelta del australiano a sus inicios más feroces: es un campo de batalla existencial donde cada zarpazo de rock desquiciado (“Honey Bee”, “Love Bomb”) es contestado por su contraposición musical, el destello de luz turbia, el alegato del crooner desafiado que defiende su terreno. Ahí precisamente es donde canciones como “Man in The Moon”, “Go Tell The Woman” o “Set Me Free” tienen su lugar, donde las baladas aletargadas se integran, donde vuelven a aparecer las líneas tristes de violín y el piano vivificador, como de contrapunto necesario, casi inherente.
Hablaba Hegel en su obra de la lucha de contrarios, del materialismo dialéctico, por la cual se crea la historia y avanza la naturaleza. En Grinderman existe una lucha constante de contrarios, como la hay en la propia esencia de Mr. Cave. Que la balanza se incline hacia un lado u otro es circunstancial.

LO MEJOR: Que contiene el clásico sello de calidad marca de la casa.
LO PEOR: Hubiesemos preferido que el lado oscuro de Cave hubiese machacado completamente al lado bueno en este disco.

viernes, 16 de marzo de 2007

CÓMO SOBREVIVIR A TU PROPIO FUNERAL



ARCADE FIRE

"Neon Bible" (merge)

¡Al fin! Ya esta con nosotros el disco más esperado de 2007: Neon Bible, segundo larga duración de la banda canadiense Arcade Fire. Es el disco que más pasiones va a despertar en el mundo independiente, a favor y en contra. No es de extrañar tanta expectación teniendo en cuenta que su debut Funeral literalmente arrasó en 2004 cosechando excelentes críticas y ventas. El propio Chris Martin (Coldplay) se rindió ante la superbanda denominándola “la mejor banda del mundo”, título que adoptara también hace unas semanas NME para encabezar la portada de su revista.
Por eso muchos ahora afilan sus cuchillos preparados para defenestrar a la banda del Olimpo en el que hace tan sólo 3 años la alzaron, mientras que los fans más acérrimos esperan una simple excusa para explotar en aplausos. ¿Sobrevivirá Arcade Fire a su propio Funeral? Rotundamente SI.

Neon bible es una fábula apocalíptica de las miserias humanas, un confuso clamor sobre el futuro incierto del hombre, de una juventud desorientada, 11 capítulos donde caben las protestas airadas ante guerras sin sentido (“Intervention”: No place to hide/ You’re fightin’ as a solider on their side/ You’re still a soldier in your minds/ Say it’s money that we need/As if there were only mouths to feed), revisiones siniestras de cuentos infantiles (“Black Mirror”: Mirror mirror on the wall/Show me where them bombs will fall) o moribundas plegarias por la libertad (“My Body is a cage”: My Body is a cage/that keeps me form dancing/with the one i live/but my mind holds the key/set my spirit free…). Sólo hay que dejar los prejuicios a un lado e introducirse en esta experiencia de puro arrebatamiento orgiástico. Todo en su debido lugar, todo perfectamente meditado, con un gusto exquisito por la creación artística que ruboriza a la mayoría de sus competidores actuales. Ya desde la excelente portada, siguiendo por la Web (puro ocultismo gráfico), los magníficos arreglos sonoros lleno de barroquismo, con la inestimable ayuda de Owen Pallett (Final Fantasy). No hay lugar para las dudas: el arrebatador comienzo con “Black Mirror”, un viaje por el océano tempestuoso, que nos devuelve al mejor David Bowie reencarnado en la voz de Win Butler, pasando por la extraordinaria bacanal Folk de “Keep the Car Running”, el brumoso discurso seudoreligioso de “Neon Bible”… señores, ¡se están acabando los adjetivos! Y todo ello evitando, casi siempre, caer en la repetición, en la emulación descarada del gigantesco (ahora menos) Funeral, aunque tampoco se engañen, siguen teniendo la costa a la vista. Y es que los elementos ya clásicos de la banda siguen ahí, a saber, ese desbordante uso de arreglos e instrumentos (violines, pianos, xilófonos, panderetas, banjos, múltiples órganos y coros…), la épica incesante o los crescendos y rupturas radicales dentro de una misma canción (“Black Wave/Bad Vibration”) y “The Well & The Lighthouse” son ejemplos académicos de lo descrito). Sólo cuando la interpretación del sonido propio se puede confundir con cierta reiteración, la cosa decepciona ligeramente, como ocurre en “Intervention”, pese al intenso final sobre órgano de iglesia, o “Ocean of Noise”, forzadísimo momento de pomposidad bucólica con un final a lo Calexico que no termina de convencer. Pero da igual, la banda consigue mantener el control de la obra en todo momento, regalándonos un sprint final inigualable con 4 tracks inapelables: "Anticrist Television Blues" (algo así como un tributo rebuscadísimo a Dylan) , "Windowsill", la deslumbrante “No Cars Go” -rescatada del EP de debut y convertida en la oda pop más bonita de lo que llevamos de año (recuerda tanto a Prefab Sprout en estado de gracia)- o ese catalizador a tanta resaca emocional como es “My Body is a Cage”. Oirás que han perdido intensidad, que no tienen la fuerza de canciones como aquellas “Wake Up” o “Power Out”, que se han vendido al pop, que son pretenciosos y empalagosos o que son el nuevo engaño hype del momento. No se engañen, eso se llama envidia y es una de los pecados capitales que condena esta Biblia de neón.

LO MEJOR: Que está a la altura de lo esperado.
LO PEOR: Las continuas comparaciones con Funeral.

lunes, 5 de marzo de 2007

SORPRENDIENDO POR LA PUERTA DE ATRÁS















THE GOOD, THE BAD & THE QUEEN
"The Good, The Bad & The Queen" (Parlophone)
MENOMENA
Friend & Foe (Barsuk)

Dos agradables sorpresas. La primera viene de la mano de Damon Albarn, líder del extinto (por el momento) grupo Blur. Tras intentar resucitar sin mucho éxito a la gran banda de brit-pop (aquel Think Tank no ni necesario ni bueno), flirtear con la música africana en su proyecto “Malí Music”, y regalar a la MTV aquel inexplicable grupo virtual llamado Gorillaz, vuelve a la carga con un mega grupo compartido con Simon Tong (guitarra de The Verve), Paul Simonon (bajista de The Clash), Tony Allen (percusionista nigeriano, colaborador de Fela Kuti) y apadrinado por Danger Mouse (co-culpable del exitazo del año pasado Gnarls barkley, junto a Cee-Lo). Y debo reconocer que el resultado de tan dispar banda es altamente recomendable. TGTBATQ es una obra conceptual, cargada y espesa por momentos, que gira en torno a la ciudad de Londres como temática principal (la portada refleja el incendio acaecido en la capital en 1666), enmarcada entre pinceladas de pop retro, dub y muchas capas de Folk lisérgico. Albarn no es rupturista, el disco evoluciona a partir del sonido marcado por los últimos Blur (“Herculean”) y el visionismo de Gorillaz (“Northern Whale”). Hay momentos de psicodelia pop (“A Soldier´s Tale” y en especial "Kingdom of Doom” recuerdan a Broadcast menos electrónicos). Hay momentos para tomar un viaje interestelar (“The Bunting Song”) y muchos momentos de pop circense (“Three Changes”). Hay que aplaudir el exquisito gusto demostrado por un comedido Albarn, que interpreta mejor que nunca. ¿Será la edad? Por si fuera poco el disco va en progresión, crece por momentos sin notorias evidencias de flaqueza, hasta desembocar en la ebullición sonora final. Un disco sobrio, completo y extravagante.

El segunda nos llega gracias a este trío de Pórtland y su tercer trabajo: Friend & Foe.
Menomena viene a encuadrarse dentro de esa rama en plena ebullición de bandas de indi rock americano, encabezada por Tv on the Radio o Modest Mouse, y definen su música como punk, funk, crunk. Curiosa forma de definir el rock vanguardista y enérgico que prratican, donde las canciones brotan a base de continuos impulsos rítmicos, donde sabes como comienza un tema pero no cómo va a desarrollarse y acabar. Todo los valores que se intuían en aquel I Am the Fun Blame Monster (Muuuhahaha!, 2003), cobran ahora solidez: los bruscos pero inteligentes cambios de estructura, la teatralidad coral (“The Pelican” es el punto más acertado del disco), las bases rítmicas robustas al servicio del pop (“My My”), la inclusión acertadísima del saxofón (siguiendo la pautas ya marcadas por Morphine) en “Air Aid” o “Boyskouts Sweet Boyskouts” , o las magníficas incursiones de teclados a lo largo del minutaje.
Acertadísimo disco que confirma a Menomena como los reyes del Punk-Funk-crunk, que para eso han inventado el término.

LO MEJOR: La atmósfera sonora (TGTB&TQ).
Los grandes arreglos de teclados y saxofón (Menomena).
LO PEOR: Que las buenas intenciones de ambos grupos no tengan continuidad en el futuro.

viernes, 2 de marzo de 2007

NOTICIAS DE LA SEMANA

Se acerca el verano y con éste los festivales correspondientes. Y los carteles empiezan estar bastante definidos.

El FIB es el que aún no ha desvelado la mayoría de sus cartas. Destacan por el momento Animal Collective, Artic Monkeys, Iggy & The Stooges, Muse o Klaxons, pero esto solo acaba de empezar y se esperan aún sorpresas importantes.
Summercase viene interesantísimo este año: !!!, Arcade Fire, The Flaming Lips, Jesús & Mary Chain, PJ Harvey, LCD Soundsystem…su mejor cartel en años. Cita obligada.
Primavera Sound tampoco se queda atrás y nos ofrece gente como Built To Spill, Low, Modest Mouse, Patty Smith, Slint, Spiritualized, Sonic Youth, Smashing Pumpkins…vamos, casi nada.
Así que si no tienes decidido a donde ir este verano aquí tienes 3 sugerencias irrechazables.











Además la semana nos ha sorprendido con varios anuncios de nuevos lanzamientos para este año. En concreto hablamos de lo nuevo de Ryan Adams (“Easy Tiger”), The White Stripes (“Icky Thump”), The Coral o Six By Seven, además de un nuevo tema presentando por Portishead en la sala Mr.Wolfs de Bristol, de la que aún no sabemos nada. Habrá que esperar.

jueves, 1 de marzo de 2007

DO MAKE SAY THINK "YOU, YOU'RE A HISTORY IN RUST" (Constellation)

Dicen del post rock que está muerto, que pasó de moda, que resulta repetitivo… y puede que tengan razón a tenor de los últimos trabajos presentados por los representantes más destacados del movimiento. Lo cierto es que algunos dinosaurios del post-rock ya no son lo que eran. O están más preocupados por sobrevivir con cierta dignidad, conscientes de que ya dieron lo mejor de sí mismos (es el caso de gente como Mogwai, Tortoise, A Silver Mt Zion, Piano Magic, Dirty Three…) o simplemente se encuentran desaparecidos (Godspeed You! Black Emperor o Hood). La cantera que aflora tampoco parece aportar grandes cosas, resultando ser la mayoría de las veces burdas copias sin gracia de otros grupos (Explosions in the Sky sería uno de los ejemplos más significativos de clara obsesión hacia Mogwai) o bandas abandonadas al ostracismo absoluto, lejos de la comprensión de propios y extraños (Envy, Boris, Ratatat, Jesu, Six Parts Seven…la lista es interminable). Por supuesto cada cierto tiempo se edita una de esas obras que nos devuelve la esperanza y que nos revela que no es el estilo el que tiene sus horas contadas, sino algunos grupos faltos de ideas y talento. Sigur Rós dio un gran ejemplo con su bellísimo Takk (EMI,2005), o el que nos ocupa de Do Make Say Think.
El colectivo canadiense formado por Justin Small (guitarra, keys), Ohad Benchetrit (guitarra, vientos, teclados), Charles Spearin (guitar, bajo) y los percusionistas Dave Mitchell y James Payment, militante en las filas del sello Constellation e injustamente relegados a un lugar secundario en favor de los omnipotentes GY!BE y A Silver Mt Zion, debutó en 1998 con un disco homónimo de space rock, grabado en el sótano de una radio universitaria canadiense. Nadie podía imaginar entonces la excelente carrera que desarrollarían en años posteriores, hasta que entregaron su brillante segundo álbum Goodbye Enemy Airship the Landlord Is Dead (2000), donde marcarían las constantes del grupo, a saber, un post rock detallista, melódico, paisajista y con una fuerte herencia slowcore y jazzística. Más tarde llegaría & Yet & Yet (2002), obligado paso atrás, o más bien lateral, en busca de mayor riqueza sonora. DMST evolucionaba poco a poco, triunfaba la ambientación frente a los crescendos infinitos, aparecían las miniaturas electrónicas, había destellos gospel y una apuesta definitiva por los detalles y el Jazz, ahora en mayúsculas. Y todo se confirmó con Winter Hymn, Country Hymn, Secret Hymn (2003), una joya a descubrir, una obra tan imperfecta como llena de belleza cautivadora, un clásico que como los antecesores, no tuvo la merecida trascendencia por parte mayoritaria de la crítica, que no alcanzaba quizás a entender una propuesta tan personal. Esta reiterada injusticia los relegaba al mismo lugar donde descansan desde hace mucho otros muchos grupos, entre ellos Cerberus Shoal o Jaga Jazzist, a revindicar desde ya.
Pero las cosas deben cambiar con su cuarta obra, porque es simplemente sensacional. Desde el momento que suenan las primeras notas de You, You're a History in Rust, con ese tributo explícito a Laughing Stock (Verve, 1991) de Talk Talk, (el ritmo perdido de batería enmarcada en un apático piano… las lánguidas guitarras… ¿se puede comenzar mejor?) uno se da cuenta de que algo grande va a ocurrir. Sí , You, You're a History in Rust es la crónica de una victoria absoluta: la de la humildad, la del gusto por los detalles, la de la belleza, la victoria del rock. Avanza “Bound to be That Way” y te das cuenta de que este grupo es distinto, único. No hay crescendos precocinados, ni monótonas tormentas guitarreras. DMST propone antes los clichés de un estilo en descomposición, el estudio de la melodía, de los ambientes y las sensaciones, dando más relevancia a las percusiones (impresionantes, apabullantes), a los bajos potentes y constantes o a los vientos. Frente a la sensiblería barata de grupos como Explosions in the Sky, “With A living” responde con un golpe mortal al corazón, utilizando como catalizador una oda épica de Folk doliente y estremecedor, enmarcada entre las voces de los invitados Akron Family, y una parte final acústica para la historia. Desgraciadamente, para los de lágrima rápida como servidor, no es el único momento desgarrador que nos encontraremos: la bellísima nana country “A Tender History in Rust”, o el blues moribundo de “You are Awesome” son sencillamente descorazonadores. Sinceramente, mis oídos no merecen oír tanta belleza. Incluso cuando el grupo abandona el campo del post Folk pastoral, que encuentra su cúlmen en “Herstory Of Glory”, para adentrarse en los terrenos más pantanosos de post rock, en sus vaivenes ruidistas, el resultado es inapelable. "The Universe!” es una bofetada sin mano, a base de furia desbocada, a los Mogwai de Mr.Beast (aún sigo esperándolo que el señor bestia aparezca). “Executioner Blues”, el clímax del álbum y del grupo, es un viaje sin retorno por la espesura de una ola gigante de jazz oscuro, de percusiones incendiarias, bajos penetrantes y pianos martilleantes, que tras ocho minutos rompe estruendosa en la orilla. Apoteósica, sin más. Tras la tormenta, los ecos de “In Mind” nos invitan a la celebración y al descanso. Solo queda el dulce regusto a felicidad. Todo ha acabado. Han vencido.
Si quieren lo digo , creo que es el momento. Lo diré a la de 3:
A la de 1…
A la de 2… a la de 3…
Obra Maestra.

LO MEJOR: Todo
LO PEOR: Puestos a sacarle fallos…nada.