A parte de este curioso lema, el disco contiene un segundo mensaje: “Sigo siendo muy moderna”. Evidentemente, nadie va ahora a negar que Yoko Ono siempre ha sido una de las mujeres más inquietas de su generación. Musa de la vanguardia y la experimentación, siempre se caracterizó por estar en la cresta de la ola artística. Por eso, para dar forma a este recopilatorio-tributo de sus canciones más significativas a elegido (o le han elegido) todo un elenco de grupos de lo más cool del mundo independiente, no podía ser menos. Gente tan dispar como Flaming Lips, Le tigre, Anthony Hegarty (Anthony & the Johnsons), Porcupine Tree, Cat Power o Spiritualized, pones u granito de arena en esta obra. Y hasta estaría curioso el proyecto de no ser por lo forzado de la colaboración. Cada reinterpretación parece un cliché, un juego que consiste en “ver como sonaría tal grupo si cantara Yoko Ono” y no al revés. Las aportaciones de Apples in Stereo, Porcupine Tree, Polyphonic Spree o Spiritualized (por nombrar algunos) parecen parodias de ellos mismos, un esfuerzo por ejemplificar como sea el sonido que les precede, más bien que mostrar preocupación por intentar agregar algo interesante que recordar a un producto tan forzado como éste. De la quema se salvan poquitos: Cat Power (que convierte "Revelations"en una outtake de su The Greatest), Flaming Lips y su reinvención psicodélica de aquella experimentalísima “Cambridge 1969”, o Dj Spooky (el mejor, de largo) con una infecciosa revisión de soul electrónico en “Rising”. Bueno, al menos ella gana un poco de pasta que le alegre la vida, después del juicio que tuvo con su ex-chofer, acusado de extorsionarla, y nosotros ganamos un buen tema de discusión. Lo dicho: Morbo, pasta y discos compactos.
LO MEJOR: Dj Spooky y Flaming Lips se tomaron el encargo en serio.
LO PEOR: la cara que pondrá Paul McCartney cuando vea esto… ¿o eso es lo mejor también?