viernes, 4 de mayo de 2007

LOW "DRUMS & GUNS" (Sub Pop)



Obra de ruptura, en todos los sentidos. Ruptura porque tras la pasada gira de Low, parcialmente plasmada en el documental “Low In Europe”, las tensiones en la banda eran demasiadas y el ambiente insoportable, hasta el punto de sacar literalmente de los nervios a Alan Sparhawk –acabó sumido en una depresión- y provocar la salida de Zak Rally (a quien sustituye ahora Matt Livingston). De ruptura sonora, confirmando el lavado de cara que resulto ser la primera colaboración de los de Duluth con Dave Fridman, abandonando en slowcore lánguido de obras anteriores. De ruptura emocional, que con fiereza golpea desde el inicio (“Pretty People”) probablemente con los versos más desgarradores que escucharemos en años (“All the soldiers/ They're all gonna die/ All the little babies/They're all gonna die/All the poets/And all the liars/And all you pretty people/ You're all gonna die”). Y no son los únicos. Definen Drums & Guns como un disco político, pero yo diría más: es una obra que nace del dolor, de la alineación, del aislamiento, de la repulsa que nace desde lo más profundo de la esperanza humana. Cantos de protesta, de ira (“Murdered”) y reconciliación, pero sobre todo, de soledadGuns.

Sparhawk ahogado en un pozo y Mimi Paker en el impagable rol de madre y pilar emocional para su marido, gran parte de la fuerza motora que impulsa este nuevo trabajo proviene del ‘cuarto’ miembro del grupo: Dave Fridman, impulsor del grupo gracias al arrebato rock de The Great Destroyer (Sub Pop, 2005), tras una época gloriosa con Steve Albini, pero que evidenciaba síntomas de estancamiento.
Quedan en segundo plano las armas habituales de la banda (la guitarra y la batería, gana el bajo como seudo percusión) a favor de las pesadas bases programadas (“Dragonfly”, “Always Fade”), loops y la presencia de samplers (preciosos los strings de “Belarus”). Dentro conviven destellos de luz (“Breaker”, “Hatchet”) con atosigantes sombras, donde repiquetean amenazantes campanas entre notas de piano de ultratumba y baterías marciales, manifestaciones de ocultas tribulaciones espirituales (apoteosis con “Take Your Time”, “In Silence” y “Murdered”). Todo entrelazado como una telaraña perfecta gracias a una producción soberbia de Fridman, que siguiendo el simbolismo del libreto interior del álbum, secciona matemáticamente en las mezclas los distintos elementos de cada canción, concentrando la parte vocal el canal derecho y las distintas percusiones en el izquierdo (samplers y demás fluctúan según cada track).

Así, Low, siguiendo las pautas que ya marcasen en su día discos REM con "Up" (Warner, 1998), Radiohead con “Kid A” (Parlophone, 2000), Hood con “Cold House” (Domino ,2001), rescatan con Drums & Guns sus almas de las cenizas para vendérselas a las máquinas… Drums.

LO MEJOR: Low y Fridman en busca de nuevos horizontes.
LO PEOR: Poca cosa, una cosa allí… otra allá…